vendredi 30 août 2013

Au moins j'ai économisé du carburant

Le lendemain du mano à mano Fandiño-Perrera, il y avait notamment ce petit torero qui m'intéresse beaucoup, Alberto Aguilar, avec Castaño et Mora devant des Adelaïda Rodriguez. J'étais en vacances, avec charge de famille et je n'ai pas voulu abuser, d'autant qu'icelle était partante pour venir avec moi le lendemain. Et évidemment, il s'est confirmé que lorsqu'on part en quête du Graal, on n'emmène pas la poussette (Karen Blixen). J'aurais du assumer l'égoïsme forcené du bon aficionado : abandonner les miens sans moyen de locomotion, les laisser plantés là-haut sur la colline basque à regarder au loin l'océan sans possibilité d'aller s'y tremper. Car qu'est-ce qu'une reconnaissance conjugale passagère, le bénéfice d'un bain, sur la rétine et la mémoire, fut-il de mer, face au combat héroïque d'un petit homme de 57 Kg aux prises à un mastodonte de sobrero du Puerto de San Lorenzo plus haut que lui et de douze fois son poids ? Oui, estimé entre 675 et 700Kg, parfaitement.
Le Correo titrait : Se destapa Alberto Aguilar et commençait son coup de chapeau par le chapô suivant :

Tarde casi redonda del pequeño torero madrileño, todo pundonor, listeza, corrazon y sentido del toreo. Emocionante pelea con un noble, flojo y gigantesco sobrero.

Alors ? Hein ? Quand je vous le disais qu'il était à suivre le petit Alberto pourvoyeur de frissons... ça vous dirait pas un cartel pelea-style avec A.Aguilar, Fandiño et le Juli qui se déchaînerait en formidable compétiteur qu'il est, devant six Escolar ? Mmm ? Non ? Ben allez vous faire voir, vous n'êtes jamais contents ! Z'avez qu'à organiser à Roquetas del Mar (la portative pas la principale...) une encerrona de becerros de ''Rassis de la puntilla'' pour Pepito de la Marisma, Fermin del Campo et le leader unijambiste des Bomberos Toreros... ça peut être très taurin aussi, remarquez.

Mais Barquerito, dans le Correo, poursuivait ainsi :

Era tarde de dos debutantes en Bilbao. De un lado, la ganadería, de Adelaida Rodríguez, con corrida completa que se torció más de lo previsto. Por flojera o falta de motor, y no por otra razón. De Adelaida se había visto en Bilbao algún sobrero encastado y guerrero. Novedad absoluta era Alberto Aguilar, madrileño de Fuencarral, que lleva cuatro o cinco temporadas batiéndose el cobre, primero en la Francia del circuito torista y luego aquí, sin dejarse escapar ni una de las bazas francesas.

Torero de acento épico, porque es de corta estatura, y eso es parte de la emoción, y porque se atreve con lo que sea. Por ejemplo, con un sobrero de casi 700 kilos del Puerto de San Lorenzo que, quinto tris de esta corrida en que se abrió hasta nueve veces la puerta del toril, parecía repescado de alguna que otra circense batalla. Le buscó y encontró las cosquillas, y lo acabó teniendo en pie aunque quisiera perder no poco las manos, y dejándolo de seda. Oso domado.

Un torero muy de escuela, de la de Madrid. Pero no solo de escuela, porque la escuela sola no da tanta listeza, ni tanto celo, ni tanta ambición. Las tres cosas tiene Alberto. Su seña de identidad. Vino a Bilbao tapado y salió de esta corrida de nueve toros más que descubierto. Toreó los dos toros que mató a estoque, pero tuvo que ponerse delante de cinco. De cinco propios. Y de los dos del lote de Javier Castaño, primero y cuarto de festejo. Con esos dos quitó en su turno. Por valencianas o tapatías, y remate de revolera, en el toro que rompió plaza. Por faroles en el cuarto. Los dos quites fueron de escuela, porque se aprenden y enseñan en las escuelas, pero los dos tuvieron un punto personal. Nadie se esperaba que Alberto fuera a salir a quitar. Fue sorpresa eso. Y sorpresa el don de la oportunidad, que no siempre se siente en tales trances. Breves los quites, como tiene que ser. Y con firma y rúbrica. Para servir en claro el perfil del torero. Para descubrirlo.

Y, en fin, el corazón en pálpito tranquilo para ponerse Alberto sin aflicción delante de cinco toros. Los que se soltaron para él. El segundo de los seis de Adelaida, el mejor hecho de la corrida, con sus dos puntas afiladísimas, acucharado, que se empleó con fijeza en una primera vara pero perdió las manos bajo el peto, cobró luego un picotazo trasero y volvió a perderlas, y entonces fue devuelto. Alberto anduvo fino lidiando al toro: dos lances para dejarlo en suerte, y ni uno más. No llegó a caerse el toro, pero se curó en salud el palco. Se corrió turno y, en lugar del sobrero, se soltó el quinto de sorteo. Otro toro bien hecho. Suavón y frío, las fuerzas justitas, bueno el son. Se puso a chispear, se distrajo la gente buscando el abrigo cubierto de las galerías de Vista Alegre.

Bien aquilatada la faena de Alberto. De tandas cortas, como conviene cuando el toro está en el alambre, pero de menos a más las dosis. La cuarta tanda fue ya de cuatro ligados y el de pecho. En la quinta, se descaró Alberto. Con la zurda, que es su mano látigo. Suelto, alegre, confiado. El toro en la mano. Música. Una tanda de costadillo antes de cuadrar. Una estocada caída, otra trasera, un descabello, un aviso y una ovación no mendigada sino de las que se recogen desde los medios.

Y tres toros más. De quinto, el sobrero de Adelaida, playero, con pies para estirarse y galopar, abanto, grave flojera. Devuelto tras la segunda vara, que lo dejó tocado. Un segundo sobrero en la nómina. De Puerto de San Lorenzo. No más pesado que cualquiera de los de Adelaida pero mucho más cuajado. Lo toreó de capa Alberto con buen aire. Al toro empezaron a patinarle las manos enseguida, empujó en una vara pero se derrumbó en costalada al salir de ella. Una protesta agria, un segundo puyazo simulado y el pañuelo verde asomó por tercera vez. Ya no llovía.

Al tercer sobrero, fuera de programa, le dieron 676 kilos. Más de diez veces el peso del propio Alberto. No le temblaron al torero las piernas ni las manos ni las ideas. Hecho de ánimo, salió sin demora. Un desarme. Se soltaba el toro, lidia sobre las piernas, perfecto el apoyo de su gente –bregaba Rafael González-, un quite por chicuelinas y se levantó el espectáculo, que estaba por entonces reventado. La pelea de David y Goliat. No de otra manera. Puesto delante del toro, Alberto parecía oculto por su sombra. Frente a frente montaban casi lo mismo. El hombre y la bestia. Talento de Alberto para administrar las fuerzas del toro, que eran legítimas, pero se le iban las manos; pulso para sujetarlo; conmovedora firmeza; cuerpo a cuerpo. No hubo música. Ni hizo falta. Rajadita del toro en busca de las tablas y desde casi los medios. Y ahí ganó la batalla Alberto. Entre rayas y tablas. Un circular antológico, un cambio de mano, tres genuflexos por abajo, el cambiado de remate y, cuadrado casi solo el toro, la espada entera por arriba no se sabe ni cómo. Cara la oreja. Un clamor. Las ocho y media de la tarde noche.



Compris ? Ben oui mais je ne suis pas égoïste, moi, je me suis sacrifié, voilà... et j'ai raté ça... Ai-je pour autant été porté au nues de l'exemplarité conjugale ? C'est ça le drame : non. Tout ce que tu fais pour ta progéniture est normal, mec. Sinon, t'avais qu'à pas. Fallait mettre une funda à l'extrémité. Et pis c'est tout. T'aurais été moins belliqueux, euh... Et en plus, tu dois subir sans broncher la vision subversive des cuisses nues à hauts talons des bilbaïnes. Non mais Allô, quoi... vous savez ce qu'on est les mecs ? Des héros, je vous le dis, moi. Parce que vos femmes ne vous le diront jamais. Même pas à l'Ania la polka, on s'inscrira...
Quand je pense qu'il y a des mecs qui veulent me recevoir à la radio pour s'entretenir de ma dernière publication... quand ils vont découvrir mon blog, ça va leur faire un choc...
Bon ben... otra vez alors pour les Victorino Martin...

                                                                                            Photo de l'article Agustin Arjona

jeudi 29 août 2013

Ania et les 100 000 baiseurs...

Ca faisait longtemps que je n'avais pas écouté les infos - huit jours - et la reprise avec le monde ''normal'' est assez tonitruante, dans le genre ''de pire en pire''. Pas de doute, le monde change... Pour devenir riche ou célèbre, quand on n'a qu'un cul, on ne rechigne pas à s'en servir, ce qui n'est certes pas nouveau en unité de ''nuit des temps immémoriaux'', mais si il y a encore, je sais pas moi, trente ans, on n'en faisait aucune publicité, aujourd'hui on fait savoir ce savoir-fesse et mieux, cette revendication rend fière. C'est un moyen reconnu et plébiscité de promotion sociale. Elles en franchissent même les lignes rouges de l'insondable connerie humaine quand, escorts, elle prétendent sans rire n'être pas des putes... C'est un peu comme si elles nous disaient : << bon ok, je suis une pute, mais encore ça c'est rien... le plus grave c'est que je suis conne...! >>

Ania, elle, n'est pas une pute, elle ne demande que votre énergie et votre semence. Ania c'est autre chose : elle veut devenir cé-lè-bre ! Et entrer dans le Guiness des records. C'est ça, la question existentielle qui taraude les vingt ans d'Ania, na ! Que pourrais-je bien faire pour être célèbre ? Après une longue réflexion, cette ingénue précoce aux avantages plantureux, a trouvé, Ania couchera avec cent mille petits lapins roses parmi ceux qui hantent encore son dessus de lit. Elle précise, la belle enfant naïve, que le dit sexe avec elle, pourra être, à votre convenance, oral, vaginal ou anal, seules les voies du Seigneur restant à ses yeux impénétrables. Je vous l'avais dit, elle est précoce. DSK, Berlusconi sont déjà inscrits.

Si l'amour et les vues spectaculaires de son bassin d'Europe de l'Est qu'elle donnera, certes fugitives et mécaniques, ne sont pas tarifées, car on le rappelle, Ania n'est pas une pute, elle commence son sex-marathon par son pays natal surtout connu pour ses bourrins bourrés, en demandant quand même 40 Zloty (et un zloty se divise en 100 groszy-si ! ) par pénis, enfin, homme, car un record homologable ça se prépare, se valide, s'organise ; bref il y a tout un staff autour d'elle pour jouir de l'aventure. De plus, réalisant soudain que si les voyages forment la jeunesse, ils vident les bourses (bon, là, j'ai pas fait exprès mais ça fonctionne...) elle propose un fond de subvention par pays. On peut donner un euro propose-t-elle en exemple, qu'elle rangera bien soigneusement pays par pays et quand un budget réaliste de défraiement voyagiste se sera constitué chez, mettons, the queen Elizabeth, elle décrètera : Banzaï for England, à la rencontre des rosbeefs punters !

Elle envisage la chose par week-end et quand cela sentira de trop le caoutchouc brûlé - car on espère que la belle enfant aura la clairvoyance de se protéger - la semaine sera stationnaire sur le bidet avec les conseils avisés de Rika Zaraï qui a toujours prôné le bain de siège comme recherche autocentrée d'équilibre personnel.

On avait déjà eu l'étudiante Portugaise réaliste qui avait vendu sa virginité aux enchères (pour payer ses études...) à un Japonais, pour huit cent mille euros, ce qui apparaît peut-être comme plus intelligent en gestion (jackpot sur un coup) sauf que la Polak, elle, elle aime ça, ce que la vierge ne pouvait qu'ignorer. Bon enfin, assez parlé, volà son site, on s'inscrit, on laisse son email, son 06 et on sera prévenu, tout baigne.

Si je me suis inscrit ? Qu'est-ce que ça peut vous... foutre ? Ben, non... j'aime pas le rose... Car comme dit l'autre << dès que t'as éjaculé t'es comme un con...! >> Aporie, vous en conviendrez, vu que vous venez à peine de le quitter...
Le plus intéressant étant tout ce qui précède l'acte et la magie du premier baiser qui renferme tant de promesses. J'ai dû vieillir... Soit tout ce qu'elle supprime en tonitruant qu'elle est déjà d'accord pour tout, avec tout le monde, n'importe où, soit le meilleur moyen de s'attirer la fange de l'humanité. Bonne bourre, Ania. N'oublie pas de tenir un journal, tu feras un livre après, t'es déjà assurée d'en vendre minimum deux cent mille exemplaires... (les cent mille consommés et les cent mille frustrés pas choisis)  je serais éditeur, quitte à aller courir te retrouver au Diable Vauvert, (eh oh, vous pigez là-bas depuis la roubine ?) je te ferais vite signer un contrat pour ton futur best-seller traduit dans le monde entier. Bon si vraiment il faut un rédacteur pour s'enfermer à la laune avec toi durant deux mois, je pense que tous les vainqueurs du prix Hemingway (ouf!) pourraient se relayer semaine après semaine pour acquérir les bases du Polonais. C'que j'en dis...

mercredi 28 août 2013

Bilbao, Fuente Ymbro, Perrera, Fandiño, houle et naufrage

Vista Alegre est une arène égalitaire : tous les spectateurs, de la barrera jusqu'aux andanadas, sont dotés du même siège en plastique moulé-injecté bleu. Certains auraient beau vouloir se la péter, pas de discrimination fessière. Tout juste a-t-il été concédé aux généreux donateurs des barreras, une main courante où ils peuvent s'accouder. Sauf, qu'eux, sont exposés à la bruine cantabrique alors que ceux des andanadas, non.



En bois exotique, la main. Imputrescible et sans entretien, elle supporte tout : la sueur des paumes calleuses des joueurs de frontons, les humeurs oxydantes de l'océan, les coudes scrofuleux, l'ennui pesant des avants-bras languides devant la faiblesse de ces Fuente Ymbro, remarquables au standard de leur race brave. Magnifiques... mais naufragés. Moins invalides que leurs frères de Bayonne, mais quand même, de quoi stimuler un anti derechef et décevoir l'aficionado.


Les antis-nous, sont juste là, au coin de la rue à vociférer que la tauromachie, ce n'est pas leur culture. Je m'arrête pour demander à l'un d'eux si Llorca, Alberti, Bergamin, Picasso ne font pas partie de sa culture. Trois, quatre réponses fusent, nerveuses et trop rapides pour que je les comprenne. Je poursuis en bougonnant qu'ils n'étaient peut-être pas basques mais qu'en tout cas ils faudrait être un sacré counas pour penser qu'ils étaient Bulgares... Je suis seul sur Bilbao et je m'amuse comme je peux !



L'architecture de l'arène est plutôt moche et austère tandis que son design intérieur est très ''Super Dupond !'', bleu, blanc, rouge. Le sable n'est plus gris, comme on le lit partout, mais... brun. Ou alors ma vue baisse.



Ah... tiens, quand même..., si, on note la présence d'une tribune à huiles où les sièges rougeoient. Je suis trop loin pour voir si le velours rouge des théâtres Italiens a remplacé le plastique injecté-moulé dans la masse, pour accueillir la première pression à froid des huiles vierges de toute acidité tant qu'elles sont élues. Au fait, l'arène est à moitié vide.



Il y a de belles femmes à Bilbao...



Quoi, la resena ?



Il ne s'est pas passé grand chose, lecteur, tu peux patienter. Tiens, je te donne le titre du periodico si tu veux, en primer elegir. El Correo (de Bilbao) par la plume de Barquerito, titre :



Duelo menor, gana Perrera.



Bof, oui enfin, si l'on veut...



De belles femmes cuisses nues et bronzées, en mini-short et talons hauts, riches, distinguées, accessoirisées et parfumées, qui vous toisent avec dédain. Des putes, quoi... Bôah ça va, je déconneu... Tu sens que pour elles, un torero n'est qu'un bouseux primaire qui ignore tout de la finance et du clitoris, qu'on va le voir comme une mignardise d'apéritif encanaillé, surtout prétexte à ce qu'elle soit vues, elles... arborant leurs dernières trouvailles des rebaixas qui battent leur vide. Rebaixakoak, peut-être, en Euskal Herria... va savoir, lecteur, sûrement incapable de parler et écrire convenablement ta propre langue maternelle !!! (ouais, comme moi, je sais...)



''Olékakoak ! ''en tout cas, on ne crie pas, mais... Olé ! Comme dans toute l'Espagne Espagnole... (Faut deux ''E'' majuscules pour la tortilla minimum ?) Avec ce fond d'aficion qui sait déterminer dans l'instant la profondeur d'une passe, et alors le rugissement sans attendre, naît de la passe et se module même, enfle comme une vague plus elle est templée, plus elle est profonde, engagée, plus la houle noire est d'envergure, plus elle est surfée de ce Olé capable de scander l'équilibre de sa navigation jusqu'à ce qu'elle roule, liée à la suivante par l'écume de son courage puis casse parfois comme un short break sur le rivage quand un méchant hachazo de révolte désarme et immerge à nouveau dans le bouillonnement des difficultés.

( ben oui, j'étais en vacances dans les vagues à body-surfer... j'ai dégusté grave question lavage de sinus...)



A ce jeu, c'est Fandiño, Yvan-le-basque, qui réussit à surnager, recrutant les gorges avides du triomphe pays, hélas soudain coites lorsqu'une charge scélérate tirait d'autres bords.



A Perrera échut alors le moins faiblard de l'équipage, cinquième du lot comme de bien entendu, auprès de qui il put valoriser un ensemble plus structuré, introduction par cambios, thèse por derechazos, anti-thèse por naturales, commentaires d'enjolivements et synthèse d'acier réfrigérant. Les spectateurs pouvant enfin se décontracter les bras crispés en secouant avec insistance un de ces mouchoirs qui habitaient les poches des pantalons trop hauts de mon grand-père qui n'a pas connu l'avènement du Kleenex. Des agitateurs que le président Matias avait beau avoir dans le pif, il appliquait le règlement.

mercredi 14 août 2013

Dangereuse Mansada de Dolores Aguirre

Ils n'avaient au comportement, aucune, même lointaine, ressemblance avec leurs frères de Saint Martin de Crau si ce n'est le fer sur le jambon : aussi fuyards et distraits que les cravenques étaient encastés et rivés fixement au combat. Pourtant, chacun d'eux, même le plus mauvais, présentait plus d'intérêt que le meilleur (moins pire...) des Fuente Ymbro de la veille. 

La différence c'est la présence d'un cerveau fut-il futile, de bovin. Entre un demeuré invalide et un couard vicelard qui n'en fait qu'à sa tête, il y a, justement, un cerveau et quelques idées qui l'animent ce qui donne une présence en piste, une lidia à développer, ce qui n'était pas le cas la veille. C'est pourquoi je me trouve si loin du ressenti de ceux qui ont pu trouver leur compte au solo de Fandiño. Comment des tauromaches avisés venus voir un torero du cacho, réputé sans concessions, tordeur de morrillo et dominateur dans l'âme, peuvent-ils avoir été séduits par un tel simulacre de combat ? Comment peuvent-ils se satisfaire d'un toreo de pico et de perfil et le qualifier de "bon" alors qu'il n'était tout au plus que malencontreusement "adapté" aux invalides qui sortaient pour qu'ils ne s'écroulent point ? Comment peut-on être friand de la vérité de ce torero et du combat, et trouver justifié cette stratégie continue de compensation ? A aimer la vérité, autant l'aimer jusqu'à l'os. On ne peut pas l'aimer "juste un peu" pour s'arranger avec elle. Ou ce n'est plus elle, mais l'idée subjective que l'on s'en fait. On bascule alors dans un autre monde. A aimer la vérité, autant abréger le simulacre de combat de ces invalides, tenter de leur donner les dix passes qu'ils avaient dans le ventre puis abréger, se confronter à la vérité de leur peu de force, quitte à créer le scandale qu'ils méritent, vider l'arène en une heure et quart, en tentant de sortir la tête haute, de six grands coups d'épées et basta. Sans doute ne suis-je pas assez fin pour éradiquer cet interrupteur qui switche malgré moi tout intérêt à la chose quand les toros font pitié. Mais la vérité a un préalable, armé et puissant, il se nomme toro. Sinon, le vide, aucune perspective, aucun sens, rien. D'ailleurs si Fandiño est vraiment le torero de vérité que l'on dit, s'il se vit tel que, peut-il sortir indemne de cette gentille adaptation théâtrale ? Quelle image de lui peut bien lui renvoyer son miroir ? 
Pourriez-vous les yeux dans les yeux dire à cette femme magnifique, ahuri devant sa plastique irréprochable qui vous mua en loup de Tex Avery dès que vous l'aperçûtes, que vous l'aimez alors que vous la trouvez inculte, idiote et vulgaire ? Oui ? Salaud ! Elle vous fait bander, un point c'est tout.

Bon, voyez, je l'ai faite ma resena du 10/08, finalement...

Pour le 11/08 Castaño finit en sucette au descabello, muant la nuque de son malheureux second adversaire en steack haché sanguinolent ce qui contrairement à ce que croient les antis déplait fortement au public qui le lui fit savoir bruyamment. Bronca Atlantique force 8.
Aguilar toujours petit et court de bras, - c'est sûr il ne grandira plus - n'en finit pas de se grandir devant les deux adversaires les plus hauts de la course comme de bien entendu. J'adhère au toreo de ce petit titan émouvant plein de pundonor.
Escribano pour sa présentation ici, voulut marquer les esprits et développa surtout à son second qui le permettait, tout son éventail pour y parvenir. Deux porta gayolas, banderilles au quiebro en plein centre, au quiebro al violin contre les planches, passes de cambio, gaoneras, manoletinas, etc... mais parfois désarmé et bousculé et finissant par une belle épée en place. Une oreille octroyée par le public suivie d'une autre, injustifiée, tardive, octroyée par une présidence hésitante sous la pression insistante du public, laissant donc par là, la détestable impression qu'elle ne lui appartenait pas.

mardi 13 août 2013

Fandiño vs 6 Fuente Ymbro : facile resena

Lui : Gueulard, flambard, poissard, trop tard...

Les toros : Expectacion, invalidation, consternation, déception...

C'est tout ? Non, trois séries remarquables au 5e avec une épée fulminante mais basse pour l'homme qui ne sourit jamais. Agur Jaunak et Makila de qualité.

vendredi 9 août 2013

Seul contre six, Seul contre soi

Même si le toreo n'a rien d'un sport, même si les toreros d'aujourd'hui sont pour la plupart champions de footing, d'autres, au cours de l'Histoire de la façon de recevoir les toros sans trop broncher, ont démontré que de la compensation d'un handicap, pouvait naître une spectaculaire évolution d'autant plus saisissante, que cette façon de prolonger son mental dans ses reins, eux-mêmes arrimés, telluriques, par les talons au plancher qu'on nommera, pourquoi pas, « des vaches » afin de se vautrer dans le lieu commun, inspirait plus d'effroi par la vérité de la posture et son coup de corne subséquent, en dégageant de l'esprit du spectateur toute évocation de fuite. C'est ce qui s'appelle peser. Sur le toro et donc sur celui qui le regarde charger. Comme la lecture de ma première phrase pesa sur votre respiration si vous fîtes fi de la ponctuation avec une capacité pulmonaire inférieure à 4,5 litres. Comme quoi, la lecture peut être un sport, demandez à Philippe Béranger... (lecteur emphatique du Prix Hemingway)



Et donc, où suis-je... ? Ah oui... Même si le toreo n'a rien d'un sport.... tagadatagada... on relit... on peut risquer cette analogie, que n''importe quel golfeur ou tennisman vous confirmera, que pour ''performer'', le vilain terme, c'est d'abord contre lui-même qu'il devra se battre. Il y a tellement de perfections concomitantes à assurer : sa prise sur le manche, le toucher du poignet, son placement, l'anticipation du déplacement adverse, sa respiration, la gestion de l'épuisement de sa carcasse, le moral, etc... Tant que toute cette harmonie n'est pas assurée, le premier des adversaires, c'est soi-même, l'autre n'est pour l'instant pas combattu. Les tennismans connaissent bien l'amertume de ces après-matchs perdus tout seul.



Dans cet exercice de Ô Sole Mio taurin, peu de ténors parviennent à irradier comme Râ, beaucoup ont connu l'envie de se terrer comme rat devant l'échec. Tenir la note, haute, avec probité, science et art pour convaincre le conclave est périlleux. Au niveau du sable pour son intégrité physique, au niveau des gradins pour la justification de son rang qu'il était question d'affirmer et, encore un petit peu plus haut dans l'atmosphère, pour la façon dont on se rêvait. D'où vient le désir d'un homme de tuer un jour six toros d'affilée ? Cela tient-il du paraphe, de l'idée d'asseoir sa maîtrise une fois pour toutes, frapper un grand coup, dire, voyez, j'étais là, présent et dominateur quel que soit le toro qui sortait ? Et il n'y a plus à ergoter, je suis bien ce que je prétends être...



Dans ce cas, il serait logique que ce soit une occurrence de fin de carrière. Mais en matière de toros rien n'est assez logique pour être vraiment prévisible, malgré les efforts de certaines empresas, veedors et autres conocedors en tout genre dont la motivation tient plus à l'assurance du succès qu'à cette fleur de sel très aléatoirement cueillie.



D'un solo de Castella présumée figura, je me souviens seulement de cet ennui qui avait insidieusement envahi les gradins. Par contre, il ne me reste des trois derniers solos vus – Castaño face au Miuras, Robleno face aux Escolars et Tomas face à une écurie Domecq – que de grands souvenirs. Appréciés à divers degrés. La différence étant qu'à propos de Robleno qui tua certainement le lot le plus sérieux, je m'attendais exactement à ce que j'ai vu, c'était conforme à ce que j'avais imaginé et cela se répéta six fois. Six histoires très bien menées, par le même développement avec la même, prévisible, chute. Très fort. Une réussite, y'a pas à dire, mais déjà lue à son premier toro. Tandis que Castaño, lui, cheminait dans un récit épique dont les chapitres réservaient quelques coups de théâtre qui déjouaient les pronostics établis. C'était plus passionnant. De celui de Tomas, dès le lendemain, pas encore sorti du songe où il nous avait précipité, j'étais effaré de constater combien de pages négatives se sont rageusement écrites sur cette actuacion par ceux qui n'y étaient pas. Avec quelle morgue il fallait se dédouaner d'avoir raté une telle soi-disant ''farce''. Toutes les réserves sont discutables mais il n'empêche, il s'agissait d'un apport artistique majeur, non reproductible, avec des moments de toreo cumbre et mis ensemble une œuvre sobre, profonde, inspirée, magique, qui scintille à jamais dans les cerveaux de ceux qui l'ont vue. Au fond de moi, je suis même peiné d'imaginer que par dogme, comme un étendard brandi, certains contemporains ne mâchant pas – comme moi - tous les toros, se soient abstenus de déplacer leur séant pour assister à ça, au besoin pour critiquer, mais au moins y venir, pour comprendre beaucoup, en peu de temps, de ce qu'ils croyaient savoir.



Je me suis longtemps demandé, j'ai longtemps rêvé, j'ai essayé d'imaginer qu'au Tomas du 16 septembre nîmois, échoit le lot d'Escolar Gil cérétan et que Robleno se dépatouille de l'écurie domecquisante. Que croyez-vous qu'il serait arrivé ? Il est certain que l'on se remémorerait encore plus fort de Tomas aujourd'hui et que le valeureux soldat Robleno aurait avoué ses limites, cruellement. Tous ceux qui feignent d'ignorer ça auront du mal à me persuader qu'ils sont intellectuellement honnêtes. Mais alors pour l'être moi-même je dois me demander : Mais que ne l'a-t-il pas fait ? Que n'a-t-il pas pris ce genre de toros pour moucher toute critique éventuelle ? Eh bien vous le lui demanderez si vous en avez l'occasion, à lui qui a si souvent offert sa vie. Je crois pour ma part avoir essayé d'y répondre dans mon premier compte rendu au lendemain de cette course.



Dans quarante-huit heures sur les tendidos basques, j'assisterai au solo de Fandiño parce que je n'ai absolument aucune idée de ce qui va s'y révéler. A-t-il choisi le bon moment, au bon endroit ? Cela correspond-il à un désir particulier, à un tournant de son histoire avec les toros ? Le sang Domecq va-t-il briller ou s'affaler ? Les a-t-il choisis soigneusement ou fait-il confiance au destin ? Limpios ou afeitados ? J'y vais vierge d'idées reçues et cette incertitude même, me fait me déplacer. Pourvu qu'il soit au rendez-vous, toutes ses qualités dans le cacho, qu'il se dépasse et nous surprenne. Pas plus, mais c'est énorme !

mardi 6 août 2013

Lettre d'une pigiste perdue dans l'enfer Syrien

Par Francesca Borri.
«Dormir chez les rebelles coûte 50$ par nuit; une voiture, 250$ par jour. Vous ne pouvez payer ni une assurance – 1000$ par mois – ni un fixeur. Vous êtes seul.»

Mots-clés : , journalisme, Francesca Borri
A Alep, en avril 2013 (Sipa)
A Alep, en avril 2013 (Sipa)
Ce texte sur son expérience syrienne a été publié le 1er juillet 2013, sur le site de la 'Columbia Journalism Review', par Francesca Borri, journaliste indépendante italienne, par ailleurs auteur d'un livre sur le Kosovo et d'un autre sur les rapports entre Israéliens et Palestiniens intitulé 'Quelqu'un avec qui parler' (Manifestolibri, 2010).
Il a suscité de très nombreuses réactions, auxquelles Francesca Borri a elle-même répondu sur le site du 'Guardian'. Il nous a semblé qu'il méritait d'être traduit en français.

Il m’a finalement écrit. Voilà plus d’un an que je lui envoie des articles à la pige. Pour lui, j’ai attrapé la typhoïde et reçu une balle dans le genou. Aujourd’hui, mon rédacteur en chef a regardé les infos et a pensé que je faisais partie des journalistes italiens qui ont été kidnappés. Il m’a envoyé un e-mail: «Si tu trouvais une connexion, pourrais-tu tweeter ta captivité ?»
Le même jour, dans la soirée, j’ai retrouvé le camp rebelle où je vivais, au beau milieu de cet enfer qui s’appelle Alep, et dans la poussière et la faim et la peur, j’ai espéré trouver un ami, un mot compatissant, un geste tendre. Au lieu de ça, je n’ai trouvé qu’un autre e-mail de Clara, qui passe ses vacances chez moi en Italie. Elle m’a déjà envoyé huit messages «Urgents !». Aujourd’hui elle cherche ma carte de spa, pour se faire masser gratuitement. Les autres messages dans ma boîte de réception ressemblaient à ça: «Excellent, ton article aujourd’hui ; aussi excellent que ton livre sur l’Irak.» Malheureusement, mon livre ne parlait pas de l’Irak, mais du Kosovo.
Du reporter freelance, les gens gardent l’image romantique d’un journaliste qui a préféré la liberté de traiter les sujets qui lui plaisent à la certitude d’un salaire régulier. Mais nous ne sommes pas libres, bien au contraire. Rester en Syrie, là où personne ne veut rester, est ma seule chance d’avoir du boulot. Je ne parle pas même d’Alep, pour être précise. Je parle de la ligne de front. Parce que les rédacteurs en chef, en Italie, ne veulent que le sang et les «bang bang» des fusils d’assaut. J’écris à propos des groupes islamistes et des services sociaux qu’ils mettent à la disposition des populations, les racines de leur pouvoir – une enquête beaucoup plus complexe à mener que le traditionnel article en direct du front. Je fais tout mon possible pour expliquer, et pas seulement pour émouvoir, et je me vois répondre: «Qu’est-ce que c’est que ça ? Six mille mots et personne ne meurt ?»
A vrai dire, j’aurais dû comprendre ça la fois où mon rédacteur en chef m’a demandé un article sur Gaza, parce que Gaza, comme d’habitude, était bombardé. J’ai reçu cet e-mail: «Tu connais Gaza par cœur», écrivait-il. «Quelle importance, que tu sois à Alep ?» Exactement. La vérité est que j’ai fini en Syrie parce que j’avais vu dans «Time» les photos d’Alessio Romenzi, qui est entré dans Homs par les égouts quand personne ne savait ce qu’était Homs. J’ai regardé ses clichés en écoutant Radiohead – ces yeux, qui me fixaient ; les yeux de ces gens en train de se faire massacrer par l’armée d’Assad, un par un, et personne n’avait même entendu parler d’un endroit nommé Homs. La conscience broyée comme par un étau, je n’ai pas eu d’autre choix que de partir en Syrie.
Mais que vous écriviez d’Alep ou de Gaza ou de Rome, les rédacteurs en chef ne voient pas la différence. Vous êtes payé pareil: 70$ par article. Même dans des endroits comme la Syrie, où la spéculation délirante fait tripler les prix. Donc, par exemple, dormir dans une base rebelle, sous les obus de mortier, sur un matelas posé à même le sol, avec cette eau jaune qui m’a donné la typhoïde, coûte 50$ par nuit ; une voiture coûte 250$ par jour.
Donc, plutôt que de minimiser les risques, vous finissez par les maximiser. Non seulement vous ne pouvez pas vous payer une assurance – presque 1000$ par mois – mais vous ne pouvez pas non plus payer un fixeur ou un traducteur. Vous vous retrouvez seul en terre inconnue. Les rédacteurs en chef sont bien conscients que rémunérer un article 70$ vous pousse à économiser sur tout. Ils savent aussi que si vous êtes sérieusement blessé, une partie de vous espère ne pas survivre, parce que vos finances ne vous permettent pas d’être blessé. Mais ils achètent l’article, même quand ils refuseraient d’acheter un ballon de foot Nike fabriqué par des enfants pakistanais.

Les nouvelles technologies nous amènent à penser que la vitesse est un élément de l’information. Mais ce raisonnement repose sur une logique autodestructrice: le contenu, désormais, est standardisé, et votre journal, votre magazine, n’a plus aucune singularité, et il n’y a donc plus aucune raison de payer un reporter. Pour les nouvelles, j’ai Internet – gratuitement. La crise que les médias traversent est une crise du média lui-même, pas du lectorat. Les lecteurs sont toujours là, et contrairement à ce que croient beaucoup de rédacteurs en chef, ce sont des gens intelligents qui demandent de la simplicité sans simplification. Ils veulent comprendre, pas uniquement savoir.
Chaque fois que je publie un témoignage de guerre, je reçois une douzaine d’e-mails de personnes qui me disent : «Ok, bel article, tableau saisissant, mais je voudrais comprendre ce qu’il se passe en Syrie.» Et j’aimerais tellement répondre que je ne peux pas proposer d’articles d’analyse, parce que les rédactions vont simplement le survoler et me dire: «Tu te prends pour qui, gamine ?» - malgré mes trois diplômes, mes deux livres et mes dix années passées à couvrir des guerres, d’abord comme enquêtrice humanitaire puis comme journaliste. Ma jeunesse, au passage, s’est volatilisée quand des morceaux de cervelle m’ont éclaboussée. C’était en Bosnie. J’avais 23 ans.
Les journalistes freelance sont des journalistes de seconde zone – même s’il n’y a que des freelance ici, en Syrie, parce que c’est une guerre sale, une guerre du siècle dernier ; c’est une guerre de tranchée entre des rebelles et des loyalistes qui sont si proches qu’ils se hurlent dessus pendant qu’ils se mitraillent. Quand vous découvrez la ligne de front, vous n’en revenez pas, avec ces baïonnettes que vous n’avez jamais vues que dans les livres d’histoire. Les guerres modernes sont des guerres de drones, mais ici ils combattent mètre par mètre, rue par rue, et on en chie de peur.
Et pourtant les rédacteurs en chef, en Italie, vous traitent comme un enfant ; vous prenez une photo hallucinante, et ils vous disent que vous avez été chanceux, au bon moment au bon endroit. Vous décrochez une exclusivité, comme l’article que j’ai écrit un septembre dernier sur la vieille ville d’Alep, classée au patrimoine de l’UNESCO, réduite en cendres tandis que les rebelles et l’armée syrienne se disputaient son contrôle. J’ai été la première reporter étrangère à y pénétrer, et les rédacteurs en chef vous lancent: «Comment pourrai-je justifier que mon journaliste n’ait pas pu entrer et que vous y êtes parvenue ?» J’ai reçu un e-mail d’un chef de service à propos de cet article: «Je le prends, mais je le publierai sous le nom de mon journaliste.»

Et puis, bien sûr, je suis une femme. Un soir, récemment, il y avait des tirs de mortier partout et j’étais assise dans un coin, avec la seule expression qu’on peut avoir sur le visage quand la mort risque de frapper d’une seconde à l’autre, et un autre reporter arrive, me regarde de la tête aux pieds, et me dit: «Ce n’est pas un endroit pour une femme.» Que pouvez-vous répondre à un type comme ça ? Crétin, ce n’est un endroit pour personne.
Si je suis effrayée, c’est parce que je suis lucide. Parce qu’Alep n’est que poudre à canon et testostérone et que tout le monde est traumatisé: Henri, qui ne parle que de guerre ; Ryan, bourré d’amphétamines. Et pourtant, à chaque fois que nous voyons un enfant taillé en pièces, c’est d’abord vers moi, la femme «fragile», qu’ils se tournent, pour savoir comment je me sens. Et je suis tentée de leur répondre : je me sens comme vous. Et les soirs où j’ai l’air blessée, ce sont les soirs où je me protège, où j’évacue toute émotion et tout sentiment ; ce sont les soirs où je m’épargne.
Parce que la Syrie n’est plus la Syrie. C’est un asile de fous. Il y a cet Italien qui était au chômage et qui a rejoint al-Qaida, dont la mère sillonne Alep pour le retrouver et lui mettre une bonne raclée ; il y a le touriste japonais qui arpente les lignes de front parce qu’il dit avoir besoin de deux semaines de «sensations fortes» ; le Suédois diplômé d’une école de droit qui est venu pour rassembler des preuves de crimes de guerre ; les musiciens américains qui portent la barbe à la Ben Laden, prétendant que ça les aide à se fondre dans le décor alors qu’ils sont blonds et qu’ils mesurent plus d’un mètre quatre-vingt-dix. (Ils ont apporté des médicaments contre la malaria, même s’il n’y a pas de cas de malaria ici, et veulent les distribuer en jouant du violon). Il y a les membres de diverses agences des Nations-Unies qui, lorsque vous leur dites que vous connaissez un enfant souffrant de leishmaniose (une maladie transmise par piqûre d’insecte) et que vous leur demandez s’ils pourraient aider les parents à le faire soigner en Turquie, vous répondent qu’ils ne le peuvent pas parce que c’est un cas particulier et qu’ils ne s’occupent que de «l’enfance» en général.
Mais nous sommes des reporters de guerre après tout, n’est-ce pas ? Une bande de frères (et de sœurs). Nous risquons nos vies pour donner une voix à ceux qui n’en ont pas. Nous avons vu des choses que la plupart des gens ne verront jamais. Nous sommes parfaits pour animer les dîners en ville. Les bons clients que tout le monde veut inviter.
Mais le secret sordide, c’est qu’au lieu d’être unis, nous sommes nos propres pires ennemis ; et la raison du papier payé 70$, ce n’est pas le manque d’argent, parce qu’il y a toujours de l’argent pour un papier sur les petites amies de Berlusconi. La vraie raison, c’est que quand vous demandez 100$, quelqu’un d’autre est prêt à le faire pour 70. C’est une compétition féroce. Comme Beatriz, qui aujourd’hui m’a indiqué une direction erronée pour pouvoir être la seule à couvrir une manifestation, tromperie qui m’a menée au milieu des snipers. Juste pour couvrir une manifestation, semblable à des centaines d’autres.
Pourtant nous prétendons être ici afin que personne ne puisse dire : «Mais nous ne savions pas ce qui se passait en Syrie.» Alors que nous ne sommes ici que pour emporter un prix, pour gagner en visibilité. Nous sommes ici à nous mettre des bâtons dans les roues comme si un prix Pulitzer était à notre portée alors qu’il n’existe absolument rien de ce genre. Nous sommes coincés entre un gouvernement qui ne vous accorde un visa que si vous êtes contre les rebelles et les rebelles qui, si vous êtes avec eux, ne vous autorise à voir que ce qu’ils veulent bien vous montrer.

La vérité, c’est que nous sommes des ratés. Deux ans que ça dure et nos lecteurs se rappellent à peine où se situe Damas, le monde entier qualifie ce qui se passe en Syrie de «pagaille» parce que personne ne comprend rien à la Syrie – hormis le sang, encore le sang, toujours le sang. Et c’est pour cette raison que les Syriens ne nous supportent plus maintenant. Parce que nous montrons au monde entier des photos comme celle de cet enfant de sept ans avec une cigarette et une kalachnikov. Il est clair que cette photo est une mise en scène mais elle a été publiée dans les journaux et sur les sites web du monde entier en mars et tout le monde criait: «Ces Syriens, ces Arabes, quels barbares !»
Lorsque je suis arrivée ici la première fois, les Syriens venaient vers moi et me disaient: «Merci de montrer au monde les crimes du gouvernement.» Aujourd’hui, un homme est venu vers moi ; il m’a dit: «Honte à vous.»
Si j’avais réellement compris quelque chose à la guerre, je n’aurais pas essayé d’écrire sur les rebelles et les loyalistes, les sunnites et les chiites. Parce que la seule histoire qui vaille d’être racontée en temps de guerre, c’est comment vivre sans peur. Tout peut basculer en une fraction de seconde. Si j’avais su cela, alors je n’aurais pas eu si peur d’aimer, d’oser, dans ma vie ; au lieu d’être ici, maintenant, recroquevillée dans l’obscurité et la puanteur, en regrettant désespérément tout ce que je n’ai pas fait, tout ce que je n’ai pas dit. Vous qui demain serez encore en vie, qu’attendez-vous ? Pourquoi hésitez-vous à aimer ? Vous qui avez tout, pourquoi avez-vous si peur ?

Francesca Borri
Traduit de l'anglais par Véronique Cassarin-Grand et David Caviglioli
Avec l'autorisation de la 'Columbia Journalism Review'

samedi 3 août 2013

Fratricide

C'est un récit court et un livre de petit format mais ce n'est pas un petit livre. Il faut se ménager le temps, pas très long, de le lire d'une traite, comme on boit un grand verre d'eau lorsque l'on a très soif et qu'alors seul ce liquide peut désaltérer. Il y a une règle bien connue des écrivains : plus un texte est court, plus il doit être parfait. J'ai longtemps cherché lors d'une deuxième lecture attentive, ce qui, dans ce récit était superflu et je n'ai pas trouvé. Peut-être le titre est-il mauvais, qui le cantonne a priori à la sphère des tauromaches alors qu'il touche à l'universalité de la condition humaine. Comme la tauromachie elle-même il est vrai. Il y a beaucoup d'humanité dans ce petit livre. Les hommes ont beau s'y entre-tuer, ils y apparaissent frères. 

On s'éveille à ce livre comme l'un des protagonistes au milieu de l'horreur d'un champ de bataille. Les hommes y sont massacrés, morcelés, ensanglantés, frères de dépouilles. Ces cadavres étaient-ils nécessaires ? Sur les motivations qui ont mené cet homme à la guerre, les raisons les plus évidentes, celles que l'Histoire retiendra, les grandes idées philosophico-politiques ne sont parfois à l'échelle de l'humain que l'écume d'autres raisons plus simples et profondes comme l'amour d'une femme, le souvenir de son corps nu palpitant contre le vôtre, promise à celui qui se montrerait courageux parce qu'elle ne pourrait aimer un homme qu'elle n'admirerait pas. Frère de tous les amoureux dont l'action se détermine pour plaire à la femme convoitée aussitôt gagné par l'angoisse existentielle que ne manque pas de résumer l'interrogation transversale logique : risquer de mourir pour pouvoir aimer ? Faut-il être inconscient pour être un héros ? Faut-il être fruste pour être torero ?
Plus loin sera discriminée la différence de perception du danger, cette peur irrépressible qui vous étreint quand on subit sans rien choisir, à la merci du hasard, et puis la peur qui grandit, qui nous fait nous sentir plus intensément vivant, ce risque mesuré que l'on assume dans le courage puisé au fond de soi. Exactement comme lorsqu'on marche à la tête d'un toro. 
 
Frères d'armes réunis face à l'ennemi, qui se testent et se combattent aussi en une joute psychologique pour se situer par rapport à l'autre ; s'affirmer, déterminer le dominant, l'inspirateur, le grand souci par tant d'homme éprouvé que ni le risque vital ni l'urgence d'une guerre n'arrivent à détourner. 

Frères de sang tués par principe ou assassins par précaution quand déboule un Polonais qui ne voulait peut-être que quelques haricots réchauffés sur la braise. L'horreur de cette incompréhension et mutation de nous-mêmes que révèle la guerre. Alors, quand la mort inexorablement se rapproche, c'est l'essentiel qui remonte à la conscience, pas le fric ni le sexe, non, mais les jeux de l'enfance, la beauté des paysages du pays natal ou les odeurs de la cuisine de la mère qui rassasiait de tant d'amour. Comment s'expliquer une telle dérive alors qu'on avait été nourri si bien ?
Et puis vient le choix suprême, avec un dernier souci peut-être, qu'on se souvienne, laisser une petite trace, tu écriras mon histoire, dis ? Jusqu'à l'assourdissant silence d'une dernière balle, celle de la liberté d'un frère, écho d'un choix personnel discutable d'un frère singulier, d'un frère ennemi peut-être, mais quand bien même... avant tout, d'un frère.
Que ceux qui à la dernière page de ce livre ne se sentiraient pas frère d'Olivier Deck, montent au front de la pensée s'armer de patience. Un jour, ils comprendront.

Editions du Diable Vauvert, 5 euros.

vendredi 2 août 2013

Les Chroniques du Moun

Zaza de la chronique a encore frappé : treize ans qu'elle alimente son webzine bi-mensuel aussi malicieusement qu'une fouine - ben quoi ? c'est un joli petit animal, la fouine - son garde-manger, avec de bonnes photos, de bonnes resenas, et de petits commérages entre amis toujours acidulés. De nombreux scoops aussi, tiens, par exemple, vraisemblablement grâce à une admiration aussi secrète que sans bornes qu'elle me voue, elle n'arrête pas de me traiter "d'écrivain nîmois'' histoire de vérifier que je ne me la pète pas trop en m'affublant de ce titre honorifique aussi ridicule que superfétatoire... On ne réussit pas à savoir si elle le pense vraiment ou si elle se moque et tout son webzine réside dans cet entre-deux... parce que bon, il y avait quand même des types plus intéressants comme Deck ou Mariou foutrement plus écrivains que moi, mais non, c'est moi qu'elle a interviewé ce qui au passage pourrait en dire long sur la médiocrité de son choix éditorial s'il n'y avait cette affection presque maternelle qu'elle me porte quasi inconditionnellement (ça, c'est juste pour l'embêter...) elle qui assista à ma naissance scribouillarde diffusant de ses petits bras musclés au volant de son bolide - une vieille 4l - l'historique "Sentiments aficionados" le livre que tout aficionado aurait voulu écrire (c'est elle qui parle...)
Moi qui ai horreur d'être braqué par le moindre objectif, elle a volé mon âme au crépuscule après une journée de mijotage à 36° et un pichet de Tinto Verano déshinibant chez Pedrin Sévilla ex-torero raté - je dis ça comme ça j'en sais rien...- et bodeguiste avisé expert en tapas modiques et succulents saupoudrés à la danseuse flamenca, c'est là et j'ai selon les jours, plus ou moins honte de me voir.


Elle a de plus commis un commentaire sur "Pourquoi ils vont voir les corridas !" avec ce que je considère être le meilleur compliment qui soit : " un livre qui ne ressemble à aucun autre"... Vas-y Zaza lâche-toi :

Vous allez vous dire si vous connaissez l'animal "Quoi, Delon a encore produit un livre ?" En effet, après "Sentiments aficionados" (épuisé,à traquer sur le bon-coin ou eBay), "Sentiments aficionados 2" et "Fantasmatadors", voici une compilation de textes écrits par d'autres. Non je n'ai pas dit que c'était son meilleur livre car il ne l'a pas écrit!
Mais c'est vrai que depuis plus de 10 ans que je le connais, il demande à tout le monde "Pourquoi vas tu voir des corridas ? Fais moi un texte là dessus. J'ai dit pourquoi, pas comment."
Alors enfin un éditeur s'est intéressé au projet, et c'est lui qui a sélectionné les textes.
J'ai aimé la concision de Darrieumerlou "Si je savais vraiment pourquoi je vais à la corrida... peut-être que je n'irai plus". Ou la poésie de Francis Marmande qui cherche inlassablement les deux toros qui ont manqué à son premier paseo. Ou les souvenirs de jeune fille de La Copla, un régal !
Comme par hasard le texte le plus long est celui de Marc Delon lui-même, et comme toujours il se répand, se reprend, s'égare et fini par conclure d'une demie épée.
Ce livre qui ne ressemble à aucun autre peut s'offrir à tout aficionado, et même pourquoi pas, pourrait attirer le non-aficionado, car enfin, c'est vrai ça : Pourquoi vont-ils voir des corridas ?